Ya hace algunos meses, casi desde principios de este año, un lujoso carro, específicamente un Lamborghini Aventador LP700-4 Roadster se encuentra acumulando polvo en un estacionamiento subterráneo en los Emiratos Árabes Unidos. ¿La razón por la cual se encuentra abandonado acumulando polvo en una de las ciudades con más autos lujosos por kilómetro cuadrado en el mundo? Nadie lo sabe a ciencia cierta, debido al secretismo del mundo árabe, pero lo poco que sí se sabe son rumores.
Según se tiene entendido, en los Emiratos Árabes Unidos, es una ocurrencia casi rozando en lo común ver a colosales máquinas sobre ruedas abandonadas a su suerte por sus dueños. ¿La razón? En este país directamente no está permitido tener deudas, y las concesionarias que otorgan estos vehículos ni siquiera se molestan en recogerlos una vez que sus dueños los abandonan porque la suma que les paga el seguro por ellos es bastante inferior a la deuda que los previos dueños hayan acumulado con la concesionaria.
Lo cierto es que este precioso carro, que sale mucho más de lo que saldría una casa de lujo en varios países del primer mundo, se encuentra abandonado, víctima de rayas y dibujos sobre su propio polvo por parte de transeúntes. Algunas de las inscripciones leen “lávame”, o “¿me lo regalas?” casi de forma graciosa en un país en donde aparentemente tener un coche así parece cosa de todos los días. Peor aún, el carro cuenta con “placas de vanidad”, esto es, cuando los dueños deciden pagar decenas de miles de dólares extra por sus placas para que tengan menos letras y números que las de los demás. Un perfecto ejemplo del enorme derroche de dinero en estos países petroleros:
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